QUIEN ENSAYA LO ABSURDO CONSIGUE LO IMPOSIBLE (Unamuno)

domingo, 11 de octubre de 2015

Carta a Ramiro

Ramiro Beltrán
Silencio en el Monlleó. 

Silencio respetuoso sólo quebrado cuando el viento, poderoso, resbala por la enorme piedra en la que está cincelado tu nombre.

La Virgen de la Estrella te cuida y, desde lo alto de la portalada de la iglesia, observa paciente. Vigila que nunca falte una flor, ni una piedra que sustente ese humilde homenaje que te rindieron tus amigos de la montaña. Cientos de piedras exquisitamente colocadas se extienden alrededor de tu nombre. Puestas con paciencia, sin prisas, con el sosiego de quien, tras horas de duro camino, llega a lo alto del valle y avista el cauce del río, el puente, la iglesia, la escuela…

Cruzamos el lecho del río atravesando el puente. Nos sentamos en la fuente, debajo de las ventanas de la vieja escuela. Cerramos los ojos. Te vemos charlando con Sinforosa y Martín sonriendo, disfrutando…

Te percibimos por todos los rincones que vamos recorriendo y reviviendo. ¡Cuántos recuerdos!

El tiempo se para. No hay prisa. La Estrella sabe esperar…

La Virgen te llora, sabe que gente como tú ya no queda. Discreto, paciente, humilde, amigo de tus amigos. Nunca un mal gesto. Nunca una mala palabra.

Ramiro, la Estrella no te olvida. Ni Martín, ni Sinforosa… 

Tus amigos tampoco.