QUIEN ENSAYA LO ABSURDO CONSIGUE LO IMPOSIBLE (Unamuno)

sábado, 28 de mayo de 2011

DÍA GRIS Y LLUVIOSO

Día gris y lluvioso. Miro el reloj, van a dar las ocho de la tarde, apenas faltan tres minutos. Estoy solo, bajo una tímida lluvia, en el lugar de siempre, a la hora marcada para el comienzo de la concentración. Decido quedarme y hacer una concentración unipersonal. Comienzo a orar en silencio por las víctimas del aborto, por la conversión de los abortistas, por todas las mujeres que han decidido y se han visto obligadas a abortar…
Inesperadamente llega Javier. Interrumpo mi oración mental y le saludo. Ya somos dos. Iniciamos una conversación y comentamos que quizá sea la lluvia la que ha provocado tan ínfima asistencia. Yo me quejo, ya que para otros asuntos más mundanos la gente aguanta la lluvia y lo que le echen, pero qué se le va hacer.
Cinco minutos después llega Amparo, que nunca falla, y esta vez no podía ser menos. Casi al mismo tiempo llega uno de los hermanos Almela. Poco después dos hombres más, de edad avanzada. No los conozco, pero me alegro mucho de verlos. Ya somos seis.
De manera espontánea formamos un círculo y charlamos brevemente. Le pregunto a Amparo por su viaje a Roma a la beatificación de Juan Pablo II. Amparo nos hace una crónica con todo detalle.
La lluvia arrecia y entre todos decidimos que el acto de hoy consistirá en leer una de las oraciones por la Vida que solemos rezar al finalizar las concentraciones. Todos los presentes somos católicos practicantes, con lo cual creemos que es lo más adecuado. Creemos en el poder de la oración.
Leo la oración:
“Señor, Dios Todopoderoso y Creador nuestro, nos reunimos hoy en torno tuyo para celebrar nuestra existencia y alegrarnos por el don de la vida. Enséñanos a comprender y hacer comprender a los médicos y legisladores, cada vez más profusamente, que toda vida humana es sagrada, tanto la del pequeño en el vientre de su madre, como la del enfermo desahuciado; la del niño lisiado o anormal, como la del adulto incapacitado; la del vecino, como la del hombre distante y lejano. Recuérdanos, Padre Celestial, que independientemente de la edad, raza, color o credo, cada persona ha sido creada a tu imagen y semejanza, y ha sido redimida por Cristo. Enséñanos a ver a los demás a través de tus ojos para poder venerar, preservar y sostener el don de la vida en ellos, y emplear con mayor fidelidad la nuestra a tu servicio. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén”.
Seguimos con un padrenuestro, un avemaría y el gloria.
Damos por concluida la concentración y les agradezco a todos su asistencia. Conversamos brevemente para despedirnos. Llega Héctor, y poco después Assun. Rezagados, pero llegan. Les emplazo a todos para la próxima concentración, el último viernes de Junio.
Nos despedimos y cada mochuelo a su olivo. Sigue lloviendo. Ahora con más fuerza.

José Antonio.

martes, 24 de mayo de 2011

NO SIEMPRE...

No siempre digo lo que pienso,
no siempre pienso lo que digo.

No siempre tengo lo que quiero,
no siempre quiero lo que tengo.

No siempre pago lo que debo,
no siempre debo lo que pago.

No siempre beso cuando amo,
no siempre amo cuando beso.

No siempre oigo cuando escucho,
no siempre escucho cuando oigo.


No siempre lucho cuando es tiempo,
no siempre es tiempo cuando lucho.


No siempre miento cuando hablo,
no siempre hablo cuando miento.


No siempre duermo cuando sueño,
no siempre sueño cuando duermo.


No siempre acierto cuando elijo,
no siempre elijo cuando acierto.


No siempre doy cuando tengo,
no siempre tengo cuando doy.


No siempre voy cuando me esperan,
no siempre me esperan cuando voy.


No siempre hablo cuando puedo,
no siempre callo cuando debo. 

No siempre...

martes, 17 de mayo de 2011

¿UN ARREBATO DE LUCIDEZ?

El centrocampista Sergio Busquets, jugador del Barcelona, podrá disputar la final de la Liga de Campeones, después de que la UEFA haya desestimado sancionarle por supuestos insultos racistas al lateral madridista Marcelo.

 

domingo, 15 de mayo de 2011

MONO


Pudo llamarle gilipollas, pero le llamó mono.
Pudo llamarle imbécil, pero le llamó mono.
Pudo llamarle hijo de puta, pero le llamó mono.
Pudo llamarle mamarracho, pero le llamó mono.
Pudo llamarle idiota, pero le llamó mono.
Pudo llamarle tonto, pero le llamó mono.
Pudo llamarle bobo, pero le llamó mono.
Pudo llamarle cabrón, pero le llamó mono.
Pudo llamarle lelo, pero le llamó mono.
Pudo llamarle subnormal, pero le llamó mono.
Pudo llamarle anormal, pero le llamó mono.
Pudo llamarle cerdo, pero le llamó mono.
Pudo llamarle maricón, pero le llamó mono.
Pudo cagarse en sus muertos, pero le llamó mono.
Pudo..., pero no; le llamó mono.

La U.E.F.A., en un alarde de oligofrenia extrema, ha abierto expediente disciplinario al jugador del F.C. Barcelona, Sergio Busquets, por supuestos insultos racistas -parece ser que le llamo mono- al jugador brasileño del Real Madrid, Marcelo, durante las semifinales de la Liga de Campeones. 

Si se confirma la acusación, Sergio Busquets sería sancionado por la U.E.F.A hasta con cinco partidos, lo que le imposibilitaría jugar la final de la Liga de Campeones contra el Manchester United.

Una vez más, se confirma que va ganando terreno el pensamiento único de corrección política giliprogre, que los occidentales y, especialmente, los europeos, nos estamos dejando imponer, sin ofrecer la más mínima resistencia.


En el fútbol se ha adquirido, a lo largo del tiempo, uno hábitos indeseables, entre los que destacan el insulto.

Se insulta al árbitro, se insulta a los jugadores del equipo contrario, se insulta a los jugadores del propio equipo, se insulta a los seguidores del equipo contrario, se insulta a los directivos, se insulta de manera desproporcionada y gratuita, se insulta de todas las maneras imaginables.. 

Cuando el insulto va dirigido por un jugador hacia un árbitro o un juez de línea o hacia la grada, se le sanciona, con mayor o menor dureza, en proporción a la magnitud del insulto.

Cuando un jugador insulta a otro jugador, nunca pasa nada... a no ser que el jugador insultado no sea de raza blanca. En este caso, se le puede llamar gilipollas, imbécil, hijo de puta, mamarracho, idiota, tonto, bobo, cabrón, lelo, subnormal, anormal, cerdo, maricón -dentro de poco, tampoco-, etc., etc., etc.; pero no se le puede llamar mono, negro, indio, gitano, o cualquier insulto de los que el pensamiento dominante políticamente correcto giliprogre cataloga como racista.

De la misma manera, cuando los aficionados insultan a un jugador, nunca pasa nada... a no ser que el jugador insultado no sea de raza blanca. En este caso, se le puede llamar gilipollas, imbécil, hijo de puta, mamarracho, idiota, tonto, bobo, cabrón, lelo, subnormal, anormal, cerdo, maricón -dentro de poco, tampoco-, etc., etc., etc.; pero no se le puede llamar mono, negro, indio, gitano, o cualquier insulto de los que el pensamiento dominante políticamente correcto giliprogre cataloga como racista.

Considero reprobable el insulto gratuito y desproporcionado. Es más, me gustaría que el insulto gratuito y desproporcionado quedara desterrado de los campos de fútbol. Pero considero un insulto de la U.E.F.A., a la inteligencia y a los occidentales, el que Sergio Busquets pueda ser sancionado por llamarle mono a Marcelo, en el contexto en el que se produjo dicho insulto.

Supongo, que la próxima vez Sergio Busquets se limitará a llamarle hijo de puta, y, por supuesto, no será sancionado... ni señalado. 











martes, 10 de mayo de 2011

DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DEL CONCEBIDO



Principio 1.- Todo Concebido, varón o mujer, discapacitado o no, disfrutará de los derechos enunciados en esta Declaración.

Principio 2.- Todo Concebido tiene derecho a que se le reconozca como un individuo de la especie humana y, por lo mismo, cuenta con todos los derechos humanos reconocidos por la ONU, por los organismos internacionales y por las constituciones de los Estados.

Principio 3.- Todo Concebido tiene derecho a que se le reconozca su individualidad, en tanto que su código genético propio es único e irrepetible y, por lo mismo, diferente al de sus progenitores.

Principio 4.- Todo Concebido tiene derecho a que se reconozca y respete en él, el valor supremo de la vida, desde el momento de la concepción hasta su muerte natural y, por lo mismo, deberá ser respetado y cuidado este derecho a lo largo de todo su proceso de vida en el seno materno y, una vez nacido, fuera de él.

Principio 5.- El valor supremo de la vida del Concebido debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de velar por su desarrollo integral. Dicha responsabilidad recae, en primer término, en su padres, y de manera subsidiaria en sus demás familiares, en la sociedad y en el Estado.

Principio 6.- Todo Concebido deberá ser protegido de cualquier tipo de discriminación por motivo de raza, etnia, condición genética, sexo, origen social, situación económica, de él o de sus progenitores.

Principio 7.- El Concebido es un individuo en desarrollo, con sus derechos específicos, que no puede reclamarlos ni exigirlos por razones propias de esta etapa de su vida, por lo que se impone a sus padres, a la sociedad y al Estado la obligación irrenunciable de velar por su respeto.

Principio 8.- Todo Concebido, para el pleno y armonioso desarrollo de su individualidad, deberá hacerlo bajo el amparo y responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad. La mujer embarazada deberá contar con los cuidados propios y atenciones especiales de este periodo.

Principio 9.- Todo Concebido dispondrá de las oportunidades y servicios dispensados por la ley y por otros medios, en condiciones de libertad y dignidad, para que pueda desarrollarse física, mental, espiritual y socialmente, en forma integral; con este fin deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales.

Principio 10.- Todo Concebido tiene derecho a una nacionalidad, y el Estado deberá reconocer y proteger todos sus derechos.

domingo, 8 de mayo de 2011

BIN LADEN HA RESUCITADO

Las condiciones más bien penosillas en las que sobrevivía el archivillano Bin Laden, incomunicado en su cochiquera paquistaní, nos hacen presumir que sus días de gloria como caudillo de la yihad habían quedado atrás. Pero también Aníbal, que hizo temblar la hegemonía de Roma, se convirtió, tras su derrota en Zama, en una pálida sombra de lo que antaño fue; mas no por ello Roma dejó de perseguirlo implacablemente, convirtiendo su vejez en un rosario de exilios e infortunios, hasta que por fin el cartaginés decidió suicidarse, harto de vivir en vilo. Para el pueblo americano, Bin Laden era el monstruo que hizo temblar la hegemonía de su imperio, como Aníbal lo era para el pueblo romano; y la muerte de Bin Laden, como la de Aníbal, era una catarsis necesaria para los humillados, el único remedio capaz de exorcizar sus miedos y fragilidades. Los raptos de júbilo dionisíaco a los que se entregaron los americanos, cuando Obama anunció la muerte del archivillano, así lo demuestran (también sospecho que demuestran que Estados Unidos se halla en ese gozne psicológico en el que las naciones hegemónicas inician su decadencia, pero eso sería asunto para otro artículo).
Aquí quisiera referirme a la torpeza con que el Gobierno americano ha solventado este episodio. Algunos aspectos del mismo, como que los miembros del comando liquidador filmasen en directo la escabechina, para disfrute exclusivo de Obama y sus validos, le confieren unos ribetes sórdidos que me recuerdan aquella película de Michael Powell, El fotógrafo del pánico, sobre un psicópata que se excitaba retratando en directo la muerte de sus víctimas; pero aquí, más que torpeza, se detecta una depravación que da asco (en lo que se igualan con Bin Laden, que también disfrutó de su escabechina por televisión y en directo). La torpeza del Gobierno americano se muestra en el modo empleado para deshacerse del cadáver, que no se le habría ocurrido ni al que asó la manteca. Empiezan por asegurarnos que los liquidadores de Bin Laden cumplieron con todos los ritos que exige un funeral musulmán. ¿Quién se puede creer semejante patochada inverosímil? Uno se imagina a los liquidadores de Bin Laden, tras el subidón de adrenalina, escupiendo sobre su cadáver, cagándose en sus muertos y en su jeta, pateándolo y haciéndole todo tipo se sevicias (después de todo, también Aquiles hizo lo suyo con el cadáver de Héctor); pero, ¿rindiéndole exequias fúnebres, y según el rito establecido en el Corán, para más coña?
Y todo para después arrojarlo al océano, con la excusa de evitar que su enterramiento se convierta en lugar de peregrinación... a cambio de ingresar al archivillano en esa categoría mítica de los muertos «desaparecidos en combate», al lado del rey Arturo, don Sebastián de Portugal o Adolf Hitler. Diríase que Obama y sus validos se hubiesen puesto de acuerdo para montar una chapuza magna que, en las próximas décadas, alimente las teorías conspirativas más rocambolescas, dejando chiquitas las que circulan sobre el magnicidio de Kennedy o el paseo de Armstrong por la luna. En las próximas décadas, no habrá programucho esotérico de televisión ni libraco sensacionalista que se precie que no nos anuncien el «avistamiento» de Bin Laden en la Cochinchina o en Las Hurdes. Obama y sus validos creen haber matado al demonio que humilló la hegemonía de su imperio; en realidad, acaban de resucitarlo. Y sospecho que el resucitado vivirá para ver su decadencia y caída.

miércoles, 4 de mayo de 2011

GIBRALTAR


Frente a la desidia interesada de la mayoría de los políticos, Gibraltar no es un problema menor: se trata de la única colonia existente en Europa, que a su vez coloniza el entorno y afecta profundamente a nuestros intereses económicos y geoestratégicos, así como a la dignidad de España como país independiente.

La historia de esta permanente injuria apenas la conoce hoy la mayoría. Un almirante inglés tomó el peñón en 1704 en nombre del archiduque Carlos de Austria, pretendiente al trono español; es decir, en nombre de España. Después, Inglaterra se lo apropió, y por el leonino tratado de Utrecht lo retuvo, así como a Menorca. Años después, los ingleses fueron expulsados de Menorca, pero no de Gibraltar.

Inglaterra nunca respetó el tratado de Utrecht, sino que se apropió de territorios no incluidos en el tratado, explotando la conciencia humanitaria española que se lo cedió momentáneamente para hacer frente a epidemias declaradas en el peñón. Ese territorio no fue devuelto. El tratado tampoco concede a la colonia aguas territoriales, pero los ingleses han invadido reiteradamente las aguas españolas para construir, por ejemplo, un aeropuerto ilegal, y la invasión continúa en la actualidad con prepotencia y provocadoras maniobras militares, expulsión de pesqueros y guardia civil de aguas españolas ante la pasividad del gobierno “español”, etc. Por otra parte, la colonia fue siempre base de contrabando, negocios opacos y otras actividades delictivas contra la ley y la soberanía españolas. Y lo es hoy a escala mucho mayor que nunca. Todo indica que se emplea, además, como depósito de armamento nuclear, asunto oscuro como tantos otros negocios y especialmente grave para nuestro país.

Cuanto afecte al control del estrecho tiene la máxima importancia para España, mientras que para Reino Unido es solo un resto y símbolo de su viejo imperialismo. Londres usa de pretexto para retener el peñón la voluntad de los llamados “llanitos”, que no quieren ser parte de España (obviamente, pues fueron instalados allí tras expulsar a los españoles, y viven de los negocios aludidos). Pero Londres ha prescindido a conveniencia de la voluntad de los pobladores (Hong Kong, por ejemplo), y el caso de los llanitos es tan irrelevante en el problema como el de los ingleses afincados en la India o de los pieds noirs en Argelia. Se trata de un conflicto entre España y Reino Unido, sin terceras partes. Mientras continúe, no habrá alianza genuina entre los dos países, quedando España como sirviente humillado de intereses ajenos.

Deben descartarse asimismo las insidias que equiparan al peñón con las ciudades españolas de Ceuta y Melilla.

Por todo ello tiene el mayor interés informar a los españoles en general de este grave problema y crear opinión pública y presión política con vistas a la devolución del peñón a España, una reivindicación plenamente justa.

Autor: Pío Moa