QUIEN ENSAYA LO ABSURDO CONSIGUE LO IMPOSIBLE (Unamuno)

domingo, 27 de mayo de 2012

Veni Creator Spiritus



Veni, Creator Spiritus,
mentes tuorum visita.
Imple superna gratia
quae tu creasti pectora.

Qui diceris Paraclitus,
Altissimi donum Dei,
fons vivus, ignis, caritas,
et spiritalis unctio.

Tu septiformis munere,
digitus paternae dexterae,
tu rite promissum Patris,
sermone ditans guttura.

Accende lumen sensibus,
infunde amorem cordibus,
infirma nostri corporis,
virtute firmans perpeti.

Hostem repellas longius,
pacemque dones protinus,
ductore sic te praevio,
vitemus omne noxium.

Per te sciamus da Patrem,
noscamus atque Filium,
teque utriusque Spiritum
credamus omni tempore.

Deo Patri sit gloria,
et Filio qui a mortuis
surrexit, ac Paraclito
in saeculorum saecula. 

Amen.

sábado, 12 de mayo de 2012

Discriminación positiva

Henry Louis Mencken, conocido como el "Sabio de Baltimore", considerado uno de los escritores más influyentes de los Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX, periodista, crítico social y librepensador norteamericano, decía que “un demagogo es alguien que le cuenta cosas falsas a gente que considera idiotas (…), engatusa al personal con actitudes cautivadoras como besar a niños, se da baños de multitudes, visita hasta el último lugar del mapa para abrazar a indigentes y desconocidos, y sobre todo, prometer maravillas (…)”.

De todo ello participa la estrategia propagandista de los grupos políticos que se hacen llamar “progresistas”. Todos ellos abusan hasta el hartazgo de palabrería y retórica vacías; frases y palabras “talismán” lo llaman los lingüistas, palabras talismán, porque a lo largo de la Historia se han ido cargado de prestigio, de un prestigio tal que nadie suele atreverse a ponerlas en tela de juicio.
Una de las más importantes, si no la que más, de las palabras talismán es el vocablo LIBERTAD, prestigia automáticamente todas las que se le parecen, o están relacionadas con ella, como INDEPENDENCIA, AUTONOMÍA, CAMBIO, IGUALDAD, EQUIDAD, PROGRESO, TALANTE, DIÁLOGO, CONSENSO… porque parece que están unidas a LIBERTAD… Todas ellas se utilizan con intención de manipular, para influir sobre quienes las leen o escuchan, y se utilizan con una ambigüedad calculada… obviamente, la intención es la de confundir, “convencer” y tener realmente un efecto anestésico en los ciudadanos; o como poco sembrar la resignación, la aceptación de la mediocridad imperante como algo soportable. En ello es especialmente hábil y experta la izquierda.

Los vocablos talismán enceguecen, emboban; las palabras talismán tienen la capacidad de teñir a las palabras que las circundan con su aura de claridad, con su "rico perfume"… pero sobre todo inhiben toda clase de revisión crítica.

Otra expresión considerable como “talismán” es la palabra “igualdad”, todo progre que se precie, que tenga intención de hacer carrera política está obligado adornar su discurso con la susodicha palabra; parece como que sus asesores de imagen les inculcaran que si no la usan, hasta aburrir, corren el riesgo de suicidarse política y socialmente.

¿Y qué pretenden decir exactamente con la palabra “igualdad” si “la igualdad” no existe? La igualdad, valga la redundancia, es una cosa infrecuente en el mundo en el que vivimos en todos los niveles o escalas, desde el atómico, o subatómico, al animal, pasando por el celular… El uso de la palabreja, reiterada de manera machacona en realidad lo que pretende es camuflar el afán uniformador y totalitario de quienes creen en la supremacía del Estado sobre el individuo, de quienes pretenden reducir a la persona a simple miembro de una colectividad,… hablo del profundísimo cinismo de quienes poseen un ferviente deseo, un vehemente anhelo “igualitarista” en lo moral e ideológico, una grandísima obsesión por la uniformidad, que les lleva entre otras cosas a arrogarse la potestad exclusiva de educar al ciudadano, negándole a las familias ese derecho.

Evidentemente ese aparentemente inocuo “igualitarismo” está absolutamente reñido con la igualdad que proclama la Constitución Española de 1978, en la que se habla de igualdad legal, de no discriminación por ninguna clase de circunstancia, y en la que se proclama que la promoción social, profesional o de cualquier clase debe de estar siempre basada en la capacidad y el mérito.

De ese “igualitarismo totalitario y liberticida” deriva lo que la progresía llama discriminación positiva, que no es ni más ni menos que, la manera “postmoderna” de imponer las políticas igualitarias que defiende el socialismo.

Como cualquier otra acción que se emprenda con el objetivo de conseguir “igualar” a los miembros de un grupo social concreto, la denominada“discriminación positiva” es intrínsecamente coactiva, y por tanto un ataque a la libertad individual; pero, no podemos olvidar lo más importante –por ser especialmente grave- es también un absoluto menosprecio a las capacidades de los seres humanos, de sus riquezas, es ignorar la tendencia natural de los humanos a la diversidad, frente a la uniformidad… Uniformidad que inevitablemente es sinónimo de mediocridad, precarización, empobrecimiento.

Calificar de “positivo” lo que cualquier diccionario define como negativo, tiene como objetivo evitar el rechazo de las personas “educadas”, aparte de darle un barniz de ética al asunto. Aunque sus partidarios no oculten que aunque “positiva” sigue siendo“discriminación” (en español lo correcto sería denominarlo “trato preferente, o trato de favor”). Su intención no es otra que la de convencernos de que “el fin justifica los medios”, pues se trata de saldar una deuda con gente desfavorecida, maltratada, discriminada, y de que… para tan noble causa es legítimo incluso perjudicar a otros individuos.

La razón principal que esgrime gente tan bienintencionada y filantrópica, los partidarios de la discriminación positiva, es que la Sociedad tiene pendiente de saldar una “deuda histórica” con las personas pertenecientes a determinados grupos sociales debido a que, en algún momento de la Historia sus ancestros fueron discriminados, sojuzgados, esclavizados, violentados, privados de sus derechos… Y como consecuencia de tal “discriminación negativa” sus actuales descendientes son merecedores del derecho a ser compensados, a resarcirse del daño que se le causó a sus antepasados, mediante la reserva en la actualidad de cupos, cuotas, en las prestaciones y servicios que el Estado “del bienestar” proporciona a los ciudadanos, ya sea en la educación, en la sanidad, en la administración de justicia, en el acceso al mercado laboral o cualquier otro ámbito.

Obviamente será el Gobierno el que decida (teniendo en cuenta siempre la posible rentabilidad electoral de la “acción positiva”, que es otro eufemismo usado para enmascarar el trato de favor a determinadas minorías…) qué sector de la población es digno de recibir tales beneficios.

Las políticas de discriminación positiva (affirmative action) no es que no hayan tenido el efecto esperado por sus defensores, y no hayan solucionado los problemas que pretendían resolver, sino que, en la mayoría de los casos, han perjudicado a sus destinatarios. En este sentido, merece la pena leer las reflexiones que hace Thomas Sowell en su muy interesante libro “La discriminación positiva en el mundo”. Thomas Sowell, un liberal de raza negra, analiza lo que apenas nadie se atreve ni a nombrar –por la dictadura asfixiante de lo políticamente correcto- y por supuesto argumenta con estadísticas y enésimos ejemplos.

Las políticas de discriminación positiva se fundamentan en una mezcla de mala conciencia, por las tropelías supuestamente cometidas por nuestros ancestros; la corrección política, que los medios de información y demás trovadores divulgan con enorme pesadez, y una intención clara de ingeniería social, de “rediseño social”. Los partidarios de políticas de discriminación positiva, en su afán totalitario e intervencionista, quieren destruir la actual sociedad y construir una nueva a la medida de su “utopía bienintencionada”, porque lo último que desean es que los seres humanos, libres, elijan actuar por sí mismos.

Estamos hablando de puro paternalismo: estamos hablando de gente totalitaria, que se caracteriza por su desconfianza en el libre actuar de las demás personas, considerándolas poco menos que estúpidas e incapaces, y están plenamente convencidos de que deben ser guiadas y dirigidas; en la idea de que “no se las puede dejar solas” (ésta es una idea que comparten las dictaduras diversas) que se las debe “proteger” y “ayudar” en todo (incluso en contra de su voluntad) con mil leyes que les digan qué comer y qué no comer, cómo y con qué se han de drogar-estimular, cómo se ha de hablar (imponiendo un lenguaje “socialmente correcto”) cómo y cuánto trabajar o cómo emprender, cómo hacer el amor, cómo educar a los hijos, qué estudiar, las enfermedades que deben tener, e incluso cómo se ha de “ligar”,“coquetear”, etc. esta gente totalitaria, erigida en nuevos gestores de la moral colectiva, arrogándose una sapiencia fuera de lo común, piensan que, la sociedad no sabe organizarse por sí misma, y necesita de sus directrices.

El problema de la soberbia y la arrogancia intervencionista es que siempre, de manera inevitable, tiene que acabar haciendo frente a la dura y tozuda realidad. Las leyes se aprueban con la intención de aplicarlas a “sociedades en abstracto” (distorsiones resultantes de filtrar la realidad a través de determinadas ideologías), pero acaban afectando a los individuos que las componen. Así, por ejemplo, quienes aprobaron la denominada “paridad”, como la mejor manera de aumentar el número de miembros de un determinado sexo en ámbitos de poder, o trabajos en los que tradicionalmente las mujeres son minoría, acabarán llegando a la conclusión de que algunos (no pocos) varones mejor preparados que algunas mujeres, terminarán quedándose sin plaza… Esos hombres/varones no participarán de la llamada ideología patriarcalista, ni serán culpables de lo que supuestamente hicieron sus tatarabuelos; pero, sin embargo, van a pagar los platos rotos. En resumen: quienes promueven políticas de discriminación positiva pretenden poner solución a injusticias pretéritas, mediante injusticias presentes…

Pero aún hay más: los supuestos beneficiarios son en última instancia los más perjudicados, y eso por no hablar de los graves disturbios que suelen provocar estas medidas de discriminación institucional, que en muchos lugares del planeta se han cobrado miles de víctimas (en España, sin ir más lejos, la aplicación de la denominada “Ley Integral contra la Violencia de Género”, plasmación de la “discriminación positiva” en ámbito judicial, con el noble pretexto de “proteger a las mujeres”, ha traído como consecuencia la detención y el procesamiento indiscriminados de cientos de miles de hombres –más de un millón y medio tras su puesta en vigor el día de los Santos Inocentes de 2004- ocasionando más y mayores problemas que los que supuestamente se pretendían solucionar… y, ni que decir tiene que las supuestas beneficiarias de tales medidas de discriminación positiva, siguen estando en situación tan o más vulnerable que en la que se encontraban antes de la aprobación de tan perversa ley…).

Las políticas igualitaristas y de discriminación positiva no provocan otra cosa, generalmente, que un enorme resentimiento social. Cuando el poder político promueve medidas de discriminación positiva (lo cual hace por puro electoralismo, favoreciendo a un grupo social fácilmente identificable para conseguir el apoyo de sus miembros en futuras citas electorales) acaba corrompiendo moralmente a la sociedad, pues se acaba propagando la idea de que es legítimo reivindicar la compensación de un determinado agravio pretérito, en lugar de preocuparse de labrar su futuro confiando en sus posibilidades, en igualdad de oportunidades con el resto de sus semejantes.

Es innegable que han sido muchas las minorías a las que se ha privado del acceso a la igualdad de oportunidades, unas veces por prejuicios racistas, otras ideológicos, o por motivos religiosos; pero la solución no pasa por rebajar la nota mínima de acceso a la universidad, o engordar las calificaciones de determinados estudiantes, o crear tribunales especiales para juzgar a los hombres –varones- de manera exclusiva, o castigarlos con penas más severas cuando incurren en los mismo “ilícitos penales” que las mujeres, o privarlos del derecho constitucional a la presunción de inocencia. De estas y otras maneras sólo se consigue perjudicar a buena parte de los miembros de las minorías que se pretende proteger, y se fomenta un sentimiento de discriminación entre quienes se han visto tratados injustamente…

Dar trato de favor, beneficiar a los miembros de un grupo social, sea por su color de piel, sea por su sexo, sea por la circunstancia personal que fuere, significa que no se confía en que los integrantes de ese grupo sean capaces de progresar por sí mismos, si se les da las mismas oportunidades que al resto de la población.

Al igual que el racismo no se combate con racismo, la misoginia no se combate con misandria. Resulta especialmente llamativo que no haya generalmente ningún político que acepte debatir sobre los efectos perjudiciales de la perversa discriminación positiva; si hablan de ello, lo hacen para proclamar la necesidad de aumentar las medidas de discriminación, con el objetivo de solucionar un problema que las medidas de discriminación positiva no han hecho más que agravar.

Y, no se olvide una cosa: Los males ocasionados por las generaciones que nos precedieron en siglos pasados, hágase lo que se haga seguirán siendo males, da igual lo que se haga en el tiempo presente…

Autor: Carlos Aurelio Caldito Aunión


jueves, 10 de mayo de 2012

Testimonio de conversión y sanación de Juan Guillermo Ríos

Juan Guillermo Ríos es un conocido periodista colombiano que era masón, blasfemaba y renegaba de Dios y se reía de su madre que oraba por él. Tuvo un encuentro personal con Jesucristo, pero le diagnosticaron un cáncer mortal que lo dejó en estado de coma. En este vídeo cuenta su vida pasada alejada de Dios, su transformación interior y como hoy vive siendo testigo de la resurrección de Cristo y de su amor por cada persona.

domingo, 6 de mayo de 2012

¡Feliz día de la Madre!



Como una llama
En medio de la oscuridad
Como una brisa en el desierto
De mi soledad
Así descubro yo a mi Madre.
En el día que empieza
Sin prisa por terminar
En una sonrisa que no entiendo
Pero me da paz
Allí descubro yo a mi Madre.

MADRE TU ME ENSEÑAS
A LLEVAR MEJOR MIS MIEDOS
Y ME LEVANTAS SI ME CAIGO
AL CAMINAR….MADRE
TU QUE EN SILENCIO
ME ENSEÑASTE A AMAR
AQUELLO QUE NO ENTIENDO
Y SI ME CANSO…
SE QUE EN TI PUEDO HOY DESCANSAR.

Siempre que intento
Cantarte una canción
No encuentro palabras
Ni música para describir
Lo que yo siento en ti.
Al igual que es imposible
Entender tu amor
Sin haberte ofrecido
Entero el corazón
Pero tú sencilla me amas Madre…

Autor e intérprete: Goyo Hidalgo


martes, 1 de mayo de 2012

Enarbolando la tricolor un primero de mayo

La tricolor
La bandera de la Segunda República Española, enseña oficial de España en el período comprendido entre 1931 y 1939, es una bandera tricolor horizontal compuesta por los colores rojo, amarillo y morado, siendo la franja superior la de color rojo, la central la de color amarillo y la tercera la de color morado, las tres del mismo ancho. Lleva como blasón en el centro de la franja amarilla el escudo de la Segunda República Española.

Con el fracaso de la dictadura de Primo de Rivera, la propia Casa de Borbón en España vio que su prestigio en la sociedad española general se hallaba en sus cotas más bajas. Los resultados de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, aunque no dieron la victoria a los partidos republicanos, éstos sí ganaron en las principales ciudades, lo que puso a la monarquía española entre la espada y la pared. La situación se fue haciendo cada vez más caótica; en varias ciudades se proclamó la República y en sus ayuntamientos ondeaba la bandera tricolor. El 14 de abril el rey optó voluntariamente por el exilio tras el aviso de los políticos republicanos, que aseguraron no poder "garantizar la seguridad" ni del rey ni de su familia, y se proclamó la Segunda República.

Mientras los acontecimientos se sucedían, una parte del pueblo enarboló la nueva bandera en las principales plazas de algunas grandes ciudades españolas. Éibar fue la primera localidad en izar esta enseña desde su Ayuntamiento, el día 13. Luego le siguieron ciudades importantes, como Madrid o Barcelona, con manifestaciones multitudinarias.

Oficialmente fue adoptada por decreto del 27 de abril de 1931 de la Presidencia del Gobierno Provisional de la República. Posteriormente este cambio fue institucionalizado en el primer artículo de la Constitución de 1931.

La bandera que la Segunda República adoptaba como propia, era la misma que numerosos grupos republicanos habían venido usando como alternativa a la enseña rojigualda, que identificaban con la monarquía borbónica en España. Debido a este uso previo, en abril de 1931 proliferaron ejemplares de la bandera, que fue adoptada de forma fulminante por el nuevo gobierno provisional. Además de simbolizar el cambio radical en el sistema de gobierno, la inclusión del tercer color buscaba el reconocimiento al pueblo de Castilla como parte vital de un nuevo estado, bajo el supuesto de que los colores rojo y amarillo representaban a los pueblos de la antigua Corona de Aragón, y creyendo -erróneamente- que la bandera de Castilla había sido morada.

Hoy, 1 de mayo, en Castellón de la Plana, en la manifestación convocada por los sindicatos subvencionados CCOO y UGT con motivo del “Día Internacional del Trabajo o de los Trabajadores”, han proliferado las tricolores, alguna de ellas de dimensiones considerables. En el breve espacio de tiempo en que he sido testigo de la manifestación y teniendo en cuenta la visión parcial que he tenido de la misma, he podido escuchar consignas, pareados, gritos y proclamas reivindicando la República y protestando contra los recortes, quedando las reivindicaciones de tipo laboral como algo marginal.

La gran mayoría, por no decir todos, de los que hoy enarbolaban la tricolor en la manifestación del 1 de mayo, pretenden que ser republicano es ser de izquierdas y/o progresistas, o dicho de otra manera, sólo los izquierdistas y/o progresistas pueden ser republicanos; y, además, tildan, de manera excluyente, a la tricolor de bandera republicana.

Puede que sea por ignorancia, no lo sé. Lo que pasa es que los hechos son como son y no como quisiéramos que fueran y los hechos son así:

1) Parece ser que los que hoy enarbolaban la tricolor ignoran que el Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo, es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial. Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general, y se celebra en muchos países.  

2) Parece ser que los que hoy enarbolaban la tricolor ignoran que durante la Primera República Española, que fue el régimen político que hubo en España desde su proclamación por las Cortes, el 11 de febrero de 1873, hasta el 29 de diciembre de 1874, la bandera oficial era rojigualda y era tan republicana como la tricolor.

Bandera de la I República


3) Parece ser que los que hoy enarbolaban la tricolor ignoran que la República es un sistema de gobierno en que el poder reside en el pueblo, personificado por un jefe supremo llamado presidente. Y que no es ni de izquierdas, ni de derechas, ni de centro, es simplemente un sistema de gobierno. Lo que se llamaban repúblicas populares sí que eran de izquierdas, pero sólo eran nominalmente republicanas, porque en realidad eran simple y llanamente tiranías. Lo mismo puede aplicarse a las repúblicas islámicas.

4) Parece ser que los que hoy enarbolaban la tricolor ignoran que el tandem derechista Niceto Alcalá-Zamora/Miguel Maura, organizó el Pacto de San Sebastián para juntar y dar fuerza a los republicanos dispersos, impulsándolos luego a tomar el poder aprovechando la quiebra moral de la monarquía tras las elecciones municipales.

5) Parece ser que los que hoy enarbolaban la tricolor ignoran que Niceto Alcalá-Zamora, que era católico y derechista, fue el primer Presidente de la Segunda República.

6) Parece ser que los que hoy enarbolaban la tricolor ignoran que socialistas, comunistas y anarquistas consideraban a la Segunda República como una república burguesa y que para ellos era un medio y no un fin. Era el paso previo para conseguir: unos la dictadura del proletariado y otros la instauración del comunismo libertario. Y el amor que sentían por la tricolor, en muchos de ellos, era un amor de conveniencia, ya que su verdadera bandera y la que de verdad les representaba y por la que morían, en unos casos era la roja y en otros la rojinegra.

7) Parece ser que los que hoy enarbolaban la tricolor ignoran que la Revolución de 1934 o huelga general revolucionaria en España de 1934, que fue un movimiento huelguístico, revolucionario que se produjo, entre los días 5 y 19 de octubre de 1934, durante el bienio radical-cedista de la II República, fue reprimida y sofocada por el ejército. Ejército que enarbolaba la tricolor.

8) Parece ser que los que hoy enarbolaban la tricolor ignoran que en Barcelona, el gobierno de la Generalidad de Cataluña presidido por Lluís Companys, de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), proclamó el Estado Catalán dentro de una República Federal Española, en la noche del 6 al 7 de octubre. Este hecho provocó la proclamación del estado de guerra y la intervención del Ejército, que enarbolando la tricolor y mandado por el general Domingo Batet, dominó rápidamente la situación después de algunas luchas, en las que murieron unas 40 personas, se detuvo a Companys y logró huir Dencás. La autonomía catalana fue suspendida por el Gobierno y la Generalidad de Cataluña se sustituyó por un Consell de la Generalitat designado por el Gobierno, en el que participaron diferentes dirigentes de la Lliga Regionalista de Cataluña y el Partido Republicano Radical. También fue detenido Azaña, que se encontraba casualmente en Barcelona para asistir a los funerales del que fuera ministro de su gabinete Jaume Carner.

9) Parece ser que los que hoy enarbolaban la tricolor ignoran que el Teniente Coronel Juan Yagüe, después de tomar Badajoz enarbolando la tricolor, el sábado 15 de agosto de 1936, arengó a sus legionarios concentrados en la Plaza de la República de la capital pacense, de esta forma: «Merecéis el triunfo porque frente a los que saben odiar, vosotros sabéis amar y cantar y reír. Allá lejos está Madrid, legionarios, y allí llegaremos todos, porque para guiar nuestros pasos en la lucha resucitarán los que aquí cayeron, luchando por España ¡Legionarios de la 16 Compañía: Qué pocos habéis quedado y que orgulloso me siento de vosotros! Gritad conmigo: Viva España, viva la República, viva el Ejército».

10) Parece ser que los que hoy enarbolaban la tricolor son unos ignorantes. Y lo dejo aquí, porque ya es hora de cenar y creo que ya es suficiente.

Autor: J.A. Gillan