El 14 de febrero de 1972 fallecía Melchor Rodríguez García, “El Ángel Rojo”, la persona que más vidas salvó en la Guerra Civil. Y todas eran del bando contrario.
Un anarquista y director de prisiones de Madrid, que salvó de los fusilamientos, con riesgo de su propia vida, a cientos de personas que estaban en las cárceles. Evitó que se sacaran más presos para dar el paseíllo en Paracuellos y se enfrentó a una turba que pretendía asaltar la prisión de Alcalá para aniquilar a los detenidos.
Fue el único que quedó del gobierno republicano tras la desbandada de Madrid. Como alcalde de Madrid durante los últimos días de la guerra, entregó la ciudad a los vencedores.
Fue condenado a muerte, pero los innumerables testimonios a su favor de personajes destacados del bando nacional y de anónimos ciudadanos hizo que lo condenaran a 20 años, de los que cumplió 5.
Durante el resto de su vida siguió ayudando a los más necesitados e ingresó a la cárcel varias veces.
A su funeral, durante la dictadura franquista, acudieron tanto los de un bando como los del otro –anarquistas y falangistas fundamentalmente-. Su féretro fue cubierto con la bandera rojinegra de la CNT y se cantó el himno anarquista "A las barricadas".
Es el mejor representante de la Tercera España, a la que pertenecen la mayoría de los españoles.
Un anarquista y director de prisiones de Madrid, que salvó de los fusilamientos, con riesgo de su propia vida, a cientos de personas que estaban en las cárceles. Evitó que se sacaran más presos para dar el paseíllo en Paracuellos y se enfrentó a una turba que pretendía asaltar la prisión de Alcalá para aniquilar a los detenidos.
Fue el único que quedó del gobierno republicano tras la desbandada de Madrid. Como alcalde de Madrid durante los últimos días de la guerra, entregó la ciudad a los vencedores.
Fue condenado a muerte, pero los innumerables testimonios a su favor de personajes destacados del bando nacional y de anónimos ciudadanos hizo que lo condenaran a 20 años, de los que cumplió 5.
Durante el resto de su vida siguió ayudando a los más necesitados e ingresó a la cárcel varias veces.
A su funeral, durante la dictadura franquista, acudieron tanto los de un bando como los del otro –anarquistas y falangistas fundamentalmente-. Su féretro fue cubierto con la bandera rojinegra de la CNT y se cantó el himno anarquista "A las barricadas".
Es el mejor representante de la Tercera España, a la que pertenecen la mayoría de los españoles.
3 comentarios:
Afortunadament va haver persones com esta que només pensaven en fer el bé.
I dels dos bàndols.
No se t´escape res, estàs fet un historiador.
Es posible que a la Tercera España pertenezcamos la mayoría de los españoles; pero es una mayoría demasiado silenciosa.
El ruido de los otros dos bandos altera mucho la percepción de la realidad.
Excelente, se hace corta la lectura, pero informa sin deformar,
saludos
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