Homenaje póstumo al "poeta de la materia"

Ha fallecido el pintor y escultor Antoni Tàpies, el vanguardista del arte abstracto, considerado el último gran artista del siglo XX. 

Dicen las crónicas de él que sus cuadros matéricos bebían directamente del informalismo de los 60 (¿alquien lo duda?), pero absolutamente vigentes en pleno siglo XXI (vigentísimos diría yo).

Dicen también que Tàpies era el último superviviente de la generación de Dau al Set y que sus pinturas pasaron de la mística a lo matérico (que no es fácil ¿eh?) y en los 60 se lanzó a un informalismo desacomplejado (con un par), porque en su revolución pictórica –más acorde con los movimientos europeos– Tàpies introdujo el uso de materiales pobres (pobres materiales) en los lienzos: desde calcetines (sus famosos calcetines, protagonsitas de tantos lienzos) a alambres (que coronan la fachada de su Fundación, en pleno centro de Barcelona, con la pieza 'Nube y silla') o barro y demás elementos de la tierra (¿qué no?).

Añaden las crónicas, que llevó la abstracción a otra dimensión (y allí se quedó) con una fuerte carga filosófica y simbólica, estampando cruces y demás iconos que se han convertido en su seña de identidad. 

Continúan las crónicas indicando que estaba profundamente influenciado por el budismo y las religiones orientales, por lo que Tàpies imprimió a su producción una espiritualidad no exenta de crítica política (lo cortés no quita lo valiente), correspondiendo su etapa más oscura y negra (¿?) a la represión dictatorial.

Informan las crónicas que Tàpies no se limitó solamente a la práctica pictórica (y a las facetas de escultor, dibujante y grafista) pues a lo largo de su vida escribió siete libros y ensayos artísticos que juntos suman más de 1.500 páginas (se lo curraba, de eso no hay duda).

Las crónicas dicen y no paran...

Y a mí me queda una duda ¿es que nadie ha visto jamás un cuadro o una escultura de Tàpies?

En fin, descansa en paz poeta de la materia. Te quiero tributar desde esta humilde bitácora mi más rendida admiración y mi sana envidia. ¡Quién pudiera vivir de los necios como tú has vivido!

J.A. Gillan